Más que parecido, en realidad Vixta imita el entorno de Windows Vista (el original), su interface; pero (gracias a Dios) nada más.
Se trata de una distribución, con todo lo bueno de un sistema operativo con «corazón» Linux, y el entorno lo más parecido posible a Windows Vista (esto último no es ni bueno ni malo, la verdad). De hecho, por los pantallazos que he podido ver en la propia web del proyecto, me ha parecido prácticamente idéntico.
Esta distribución está basada en Fedora, y las 5 premisas sobre las que se basa, o que pretende conseguir, aparte de imitar el entorno de Windows Vista, son (traduciendo de la web del proyecto):
1. Absolutamente gratis, en todos los sentidos.
2. Propagar Linux a las «masas».
3. No necesario configurar.
4. Amigable con el usuario.
5. Un entorno familiar (conocido).
Ya van por la versión 098.01 y espero que siga adelante por mucho tiempo.
¿Qué sentido tiene esto? Más allá de demostrar la potencia de un entorno de escritorio capaz de tomar la apariencia de otro y engañar al más pintado, y sobre todo de hacer más amigable la transición a los usuarios menos experimentados que vengan de Windows Vista, creo que los entornos de escritorio sobre los que se mueve Linux están muy por encima de las rígidas (que no robustas) bases de los entornos Windows.
Imaginemos un usuario acostumbrado a Windows Vista, que pueda disponer de un entorno tan similar. Cuando menos, es una iniciativa positiva, o al menos nada negativa.
Aunque no me cabe duda de que si este sistema operativo tuviese la acogida que tiene, por ejemplo, Ubuntu u otras distribuciones Linux de gran calado, no creo que Microsoft tardase mucho en sacar a paseo a su tropa de abogados.