Hace tiempo publiqué un artículo sobre XpGnome, un proyecto para dotar al entorno de escritorio GNOME del aspecto de Windows XP. No es algo que hiciera gracia a muchos linuxeros pero, en mi modesta opinión, puede ser útil para aquellos usuarios acostumbrados al entorno XP.
El caso es que ahora me entero, en el blog de Nicola Rizzi, de una forma de hacer todo lo contrario, dotar a Windows XP del aspecto de GNOME.
Hay un refrán que dice: «Para gustos, los colores.»