Muy en contra de todo anuncio engañoso, el Gobierno de Holanda ha decidido adoptar el uso del software libre y de los formatos abiertos en sus administraciones, tanto a nivel local como nacional.
Entre los formatos de código abierto, hablamos del estándar ODF (Open Document Format), que engloba a su vez los formatos ODT para documentos de texto, ODS para hojas de cálculo, ODP para presentaciones, ODG para gráficos y ODB para bases de datos, entre otros.
Con muy buen criterio, y muestra de que Holanda es una sociedad de la información más madura que muchas otras, optan por el uso de formatos y software de código abierto principalmente para reducir los costes y la dependencia respecto a compañías privadas como Microsoft. En concreto, estas medidas permitirán:
– Reducción de costes a largo plazo, ya que la mayor inversión de este tipo de adopción es la migración de los actuales sistemas propietarios a los nuevos sistemas libres y abiertos. A largo plazo, un ahorro «bestial» que permitirá dar un mejor uso al dinero público de este país.
– Evitar el uso de un formato cerrado y propietario de una empresa privada para el contenido de documentos oficiales. Sólo este motivo, en mi opinión, es suficiente para justificar tal migración.
Las organizaciones gubernamentales que necesiten seguir usando software y formatos propietarios deberán justificarlo debidamente. Con el tiempo, es de esperar que no halla justificación posible.