Uno de los problemas de actualizar el kernel de un sistema Linux es que, tras ello, hay que reiniciar la máquina. En usuarios de equipos de escritorio, esto no pasa de ser una molestia. Pero en servidores, la cosa cambia, ya que el reinicio de un servidor puede implicar muchos temas y complicaciones a tener en cuenta.
Pero vía Viva Linux! me entero de que hay una aplicación, desarrollada por gente del instituto MIT, llamada Ksplice, que permite aplicar una gran cantidad de parches al kernel de Linux sin tener que reiniciar posteriormente. Concretamente todos aquellas modificaciones en el kernel que no introduzcan cambios semánticos a las estructuras de datos. Es decir, que se pueden aplicar la mayoría de los parches de seguridad sin tener que reiniciar posteriormente. Todo un alivio para los administradores de servidores Linux.
También se cuenta en esta entrada que, en una prueba realizada con los parches de seguridad del kernel de Linux desde mayo del 2005 hasta diciembre del 2007, Ksplice consiguió aplicar el 84% de estos parches, y por tanto sin tener que reiniciar el sistema a posteriori.
Ksplice ha sido implementado para Linux en arquitecturas Intel x86 de 32 y 64 bits.