Así explica Linus Torvalds, el fundador del proyecto Linux, lo que él mismo ha dado en llamar «Ley de Linus«, y que formula lo siguiente:
«La ley de linus establece que todas nuestras motivaciones se pueden agrupar en tres categorías básicas. Y lo que es aún más importante, el progreso consiste en ir pasando de una categoría a la siguiente como «fases» de un proceso de evolución. Las categorías son, por este orden, «supervivencia», «vida social» y «entretenimiento». (…) Un «hacker» es una persona que ha dejado de utilizar su ordenador para sobrevivir («me gano el pan programando») y ha pasado a los dos estadios siguientes. Él (o, en teoría aunque en muy contadas ocasiones, ella) utiliza el ordenador para sus vínculos sociales: el correo electrónico e Internet son las grandes vías para acceder a una comunidad. Pero para el hacker un ordenador es también entretenimiento. (…) Así llega a crearse algo como el sistema Linux. No se trata de hacer mucho dinero. La razón por la que los hackers de Linux hacen algo es que lo encuentran muy interesante y les gusta compartir eso tan interesante con los demás. De repente, se obtiene entretenimiento del hecho de estar haciendo algo interesante, a la vez que se alcanza una repercusión social. Se logra así este efecto de la red Linux, donde hay multitud de hackers que trabajan juntos porque disfrutan con lo que hacen. Los hackers creen que no hay un estadio de motivación superior a éste. Y es esa creencia lo que ejerce un poderoso efecto en un dominio que va mucho más allá de Linux.«
Interesante, ¿verdad?
El texto citado está extraído del libro de Pekka Himanen «La ética del hacker (y el espíritu de la era de la información)«, disponible (PDF) de forma íntegra y gratuita. Una lectura recomendable.
También podemos encontrar otra interpretación de la Ley de Linus, hecha por Eric S. Raymond, en la Wikipedia, y que dice así:
«Dado un número suficientemente elevado de ojos, todos los errores se convierten en obvios«