No salgo de mi asombro tras leer la «aventura» del periodista Dave Winer con el servicio técnico de Apple.
Winner, en un viaje por Europa, tuvo una avería en su MacBook, por lo que decidió enviar el aparato al servicio técnico de Apple para su reparación. Aprovechó para cambiar su disco duro por uno nuevo de 80 GB. Apuntaremos que Apple tiene la amabilidad de cobrar por un disco duro de 80 GB la friolera de 130 dólares, una barbaridad comparándolo con los precios actuales del mercado. De cualquier forma, todos sabemos que Apple no es famosa por tener los precios más bajos…
Pero lo mejor de todo estaba por venir… Cuando Winer recogió su aparato, el servicio técnico se negó a darle el disco duro antiguo, en el que Winer tenía todos sus documentos. La compañía se acogió a su contrato de «términos y condiciones», que en su punto cuarto dice:
(imagen escaneada por el propio Winer)
Lo cual significa que el disco duro de Winer no le pertenece, y si decide cambiarlo por otro, la compañía (Apple) se quedará con el anterior (incluido su contenido). A esto hay que añadir que Apple no asegura que al instalarte un disco duro «nuevo» éste sea realmente nuevo, sino que pueden endosarte un disco duro viejo ya reparado de otro cliente.
¿Cómo se os queda el cuerpo? A Winer supongo que estupendamente.
Si a esto sumamos que las técnicas de recuperación de datos de hoy en día permiten recuperar la información de discos duros en penoso estado, podemos afirmar que cuando compras un ordenador a Apple te sale muchísimo más caro de lo que pone en el ticket de compra (que ya es mucho).
Aquí tenéis la historia contada por el propio Dave Winer (en inglés).