En el 2004 Gael Delalleu informó de una vulnerabilidad en el kernel Linux que permitía el acceso como root (administrador) a usuarios con privilegios menores, explotando una característica heredada de los x86 de Intel. Se apunta que este fallo puede achacarse a la versión 2.6 del kernel Linux, allá por diciembre de 2003.
Esta vulnerabilidad es conocida como el bug de corrupción de memoria.
Ahora, varios años después, esta grave falla de seguridad ha sido corregida en el código del kernel Linux, en su versión 2.6.35 que fue publicada a principios de agosto, dejándonos a salvo de esta posibilidad de intrusión no deseada.
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